Muchas veces es tan fácil juzgar a los demás, pero olvidamos que como humanos estamos expuestos a cometer los mismos errores, incluso errores peores de los que vemos en las personas a nuestro alrededor.
Es por ello que nuestra peticion a Dios debería ser que nos sostenga con su mano, y si llegamos a caer nos fortalezca para levantarnos y seguir adelante en el camino del Señor.